Untitled Document

 

"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

23-06-2012

 

 

 


 

 

 


Uruguay y las Islas Malvinas

SURda

 

 


 

 

Julio A. Louis

 

 

 

El 25 de mayo en la Embajada de Argentina, Mujica ratificó la política uruguaya hacia las Islas Malvinas, y dijo que primero hay que descolonizar y “después veremos si son argentinas o uruguayas ”. Ante la carcajada general (al Pepe los argentinos le saben amigo y toleran) agregó que las Malvinas desde los tiempos coloniales han estado vinculadas a Montevideo. Por consiguiente, el Presidente coincide con el enfoque del artículo “Malvinas de Nuestra América” (18/4). Por otra parte, “Cifra” ha encuestado a nuestra ciudadanía (se preguntaba si se creía que la posición de Uruguay ante ese conflicto debía ser de apoyo a Argentina, a Gran Bretaña o neutral) y más de las tres cuartas partes prefiere la última solución. Ante estos hechos -de diferente índole- vale recapitular lo escrito y pensar para afinar una posición justa, pacífica y avanzada.

 

La tesis argentina es que esa nación hereda lo que fueron las colonias españolas. La tesis británica es que la ocupación equivale a posesión. Rechazamos la británica. Pero es errónea la argentina. El Profesor Eugenio Petit Muñoz –ajeno a todo chovinismo- sostenía que las Malvinas, en rigor histórico, deben ser uruguayas. Situemos el debate para proyectar el futuro.

 

Las Malvinas –sin población aborigen- son descubiertas por los holandeses (1600) que no las ocupan, ni tampoco los ingleses que llegan en 1690. Los franceses inician la colonización (1760). Pronto se retiran tras reconocer la soberanía de España (1766), quien permanece en ellas hasta 1811. Luego de independizadas de España, constituidas las Provincias Unidas, sus tropas toman posesión (1816-1820) y se mantienen hasta la ocupación británica (1833) precedida por una agresión norteamericana (1831). Durante el dominio español es la Gobernación Política y Militar de Montevideo (creada en 1749) la que mantiene los vínculos con las islas, incluyendo la protección desde su Apostadero Naval. Con el fundamento de Argentina –la nación hereda lo que fueron colonias españolas- en verdad el nuevo Estado-nación (creado con aprobación argentina), el Oriental del Uruguay (1828-1830), al que se integra la Gobernación de Montevideo, es el que heredaría las Malvinas.

 

En el artículo mencionado se advertía del absurdo que sería reclamar para Uruguay la posesión de las Malvinas. Pero eso no equivale a aprobar la tesis de “las Malvinas argentinas” por dos motivos básicos. El primero es que los pobladores de las Malvinas desde hace casi dos siglos son de origen británico mayoritariamente y no aceptan la soberanía argentina. La perspectiva de expulsar o sojuzgar a dicha población enardece el conflicto en directo beneficio de los colonialistas y sus aliados estadounidenses y europeos, dándoles el pretexto para permanecer, en “defensa” de la voluntad de los isleños. El segundo es que el peligro para Sud América es que se fortalezca una base militar-naval a escasa distancia del continente (en especial, para Argentina, Uruguay, Brasil y Chile). La política imperialista de la Unión Europea y de Estados Unidos de acceder a territorios con riquezas abundantes y/o de valor estratégico ( la Amazonia , la Patagonia , las Malvinas, etc.) es la que debemos enfrentar en defensa de la soberanía compartida de Nuestra América. Y en el tema de la descolonización de las Malvinas, Uruguay está en magníficas condiciones de hacer pesar sus relaciones regionales y con los isleños, abogando por unas Malvinas desmilitarizadas y con estatuto especial (sea de autonomía o de independencia). Pensemos en que Guyana (ex colonia británica) es uno de los doce miembros de la UNASUR , lo que no obsta para estar en la Comunidad Británica de Naciones. O que de los treinta y cinco miembros de la CELAC , doce están también en dicha Comunidad (Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago, etc.).

 

Las actuales colonias existentes en Nuestra América deben ser soberanas. Si “Nuestra América” admitiera la eventual posición uruguaya, fortalecería su unidad, se acercaría a los isleños (los “kelpers” ) y aislaría los esfuerzos militaristas de las potencias imperialistas. Podrá argüirse que algunos miles de colonos no pueden conformar un Estado nacional. Sin embargo, nadie cuestiona al Estado Vaticano, con una población menor. Y nadie cuestiona que varios estados nacionales que integran la ONU , tengan pocos miles de habitantes (Palau, Tuvalu, San Marino, Liechtenstein). Afinemos la posición uruguaya en concordancia con la historia y el sentimiento de nuestro pueblo.

 

 

 


 
Copyright © 2007 SURda All rights reserved. webmaster@surda.se